domingo, 15 de marzo de 2009

Corazón de Cartulina

“Corazón de cartulina” fue escrito para un concurso de cuentos de terror organizado por Metrovías S.A. y Cadan Editorial en el 2005. Fui demasiado obvio: ambienté la historia en un demagógico vagón de subte. Las limitaciones de espacio me obligaron a tijeretear el texto de lo lindo, en beneficio del relato (y del lector, claro). Anecdótico pero raro: en la versión primera, el vagón estaba vacío y el texto se llenaba de palabras; en la final, el vagón aparece repleto de... cosas, y ese cambio me permitió vaciar de palabrerío al cuento.

Hay una versión de la historia en la antología de Erídano dedicada a la CF argentina (en el segundo tomo, que corresponde al nro. 12). Este enlace lleva a la publicada en la revista electrónica estadounidense Bewildering Stories, gentilmente traducida al inglés por Carmen Ruggero.


El enlace: Corazón de Cartulina

viernes, 13 de febrero de 2009

Anafe


Se trata de un relato "intimista" que recién en la última línea se revela como fantástico. Es un recurso viejo; un lector entrenado ve venir de lejos el remate. Si este cuento tiene algún mérito, creo que es el “clima”, la ambientación, y la caracterización del protagonista. ¡Y además es bien breve!
"Anafe" fue publicado en el número 169 de la revista electrónica Axxón. Forma parte de una serie de relatos cortos de autores muy recomendables.

El enlace: Anafe

domingo, 1 de febrero de 2009

Soñadores del Sueño Amarillo

Este cuento apareció en la revista Axxon nº 152, allá por julio de 2005. Yo había leído Arkham Asylum, la novela gráfica de Batman escrita por Grant Morrison e ilustrada por Dave McKean, y quise escribir algo tenso y sórdido... lo que parece ser denominador común en mis cuentos, lo quiera yo o no. El cuento, antes de ser publicado, pasó por la criba de Taller 7, el taller literario virtual y gratuito coordinado por Sergio Gaut vel Hartman.

Se trata de un texto importante para mí: fue el primero que concebí según la premisa de que una historia, por buena que sea, no basta para hacer un buen relato; la forma en que se cuenta también es importante. Un buen cuento no dicta al lector qué pensar o qué sentir: propicia en él pensamientos y sensaciones. Como dice Borges que decía Whistler, “el arte sucede”. Y sucede en la cabeza del receptor.

Conseguir eso implica un arduo laburo, que no siempre sale como uno quisiera.

Por suerte, en este caso, el resultado fue Soñadores del Sueño Amarillo


Las ilustraciones son de Saurio y un servidor.

domingo, 25 de enero de 2009

Con alas grises, en el aire negro


Allá por el mítico año 2000, el escritor Marcelo di Marco –coordinador del Taller de Corte y Corrección, y la persona que me mostró en qué consistía esto de escribir– compiló la antología Pasajeros en Arcadia*, en la que participó “Con alas...” Era la primera vez que un cuento mío pasaba al papel, y si entonces hubieran descubierto una raza de hongos inteligentes en el planeta Yuggoth, o el cuerpo de Dios apuñalado en un callejón, ni me hubiera enterado. Así de emocionado estaba.

El texto quedó ahí durante cinco años, hasta que el polirrúbrico Saurio, responsable de la revista electrónica La Idea Fija, me pidió un relato y recordé este trabajo. Ezequiel exigía volver a contar su historia, y yo, de carácter débil, no supe oponerme.


El enlace: Con alas grises, en el aire negro


De yapa, también la ilustración es mía.

Los invito a que lo lean y lo comenten.


*Marcelo di Marco, comp. Pasajeros en Arcadia, Buenos Aires, Editorial de Belgrano (2000).